Viagra y franquicia (dedicado a los talibán del SEO)
Se cumplen 20 años desde que los laboratorios Pfizer registraron la primera patente de esa poderosa pastillita azul con forma de rombo a la que bautizaron entonces como Viagra, y que dos décadas después es sin duda un nombre de medicamento tan conocido como Aspirina o Reflex. Se cuenta que su descubrimiento fue una maravillosa casualidad; la misma suerte –un factor fundamental en los negocios– que ha hecho de muchas cadenas de franquicia líderes mundiales.
El descubrimiento de este archiconocido medicamento para tratar la hipertensión y la angina de pecho es uno de esos nacimientos que podrían calificarse de espontáneos. Pfizer estaba realizando ensayos clínicos de un medicamento cardiovascular para tratar de reducir la presión arterial, y tras la fase de experimentación en pacientes voluntarios, el laboratorio farmacéutico se percató de un curioso llamémoslo «efecto secundario»: los varones que estaban en el programa no devolvían los comprimidos sobrantes. ¿Por qué? se debieron de preguntar con cierta perplejidad los investigadores. ¿Es que resulta realmente tan bueno?
La respuesta llegó antes de lo previsto, cuando alguno de los participantes en los ensayos reconoció que las famosas píldoras servían también para «animar» la cosa en el dormitorio, pues solucionaba la disfuncial erectil. A las cabezas pensantes de Pfizer les faltó tiempo para patentar su composición –esto es, Citrato de sildenafilo– para hacer felices a muchos miles de hombres y mujeres en todo el planeta. ¿Casualidad? Habría que verlo.
¿Creen ustedes que alguien más, aparte del propio Ray Krok, pudo imaginar el éxito que tendría la marca que les compró a los hermanos Richard y Maurice McDonald, en 1955? Cuando este representante de máquinas de helado recorrió los 3.250 kilómetros que separan Chicago de Santa Mónica, en California, para visitar en persona a sus mejores clientes de todo el país, tuvo la oportunidad de conocer de primera mano un negocio con todas las de la ley para convertirse en una gran franquicia. Sólo que los hermanos McDonald no tenían mayor interés en crecer. Así que Ray Krok –realmente, si se piensa, un franquiciado– es quien, contra todo pronóstico, hizo de McDonald’s lo que es hoy: una multinacional con más de 35.000 restaurantes en 120 países de todo el mundo. ¿Suerte? Habría que verlo.
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