Pau Gasol sería un gran franquiciador
Después de la gesta de nuestra selección en el recién concluido Europeo de baloncesto, y como homenaje más que merecido a uno de los grandes baloncestistas españoles y europeos de todos los tiempos –si no el mejor–, y con toda probabilidad una destacada figura también a nivel mundial, se me ocurrió equiparar las características principales de Pau Gasol como deportista de élite, y más concretamente como pívot de baloncesto, a las de un buen franquiciador. Entendiendo como tal al propietario y responsable de la empresa que ha decidido poner su marca a disposición de terceros para su explotación comercial.
Pau Gasol es una persona motivadora, pero además, si nos atenemos a la definición del diccionario de la R.A.E. esto es, «persona que dispone el ánimo de alguien para que proceda de un determinado modo», convendrán conmigo en que es un motivador como pocos. Al igual que debe hacer el franquiciador consigo mismo, con su proyecto y marca, con su equipo directo, y por supuesto con sus franquiciados.
Es un gran seleccionador, entendiendo como tal a aquella persona que sabe elegir en cada momento qué dar y a quién dárselo. Hay que valorar siempre cómo viene la jugada y la posición de los diferentes miembros del equipo, tanto en la pista de la vida como en la del negocio, para saber qué elegir en cada momento y visualizarlo mejor antes que nadie. Gasol, sin duda, lo borda…
Es apasionado. Y a estas alturas, qué podemos añadir sobre la pasión que hay que poner en el mundo de los negocios –como en todo en la vida–; Gasol es el entusiasmo y la efusión personalizados. Y como tal, sabe darle más ímpetu, o bien mantener la fuerza en su justo equilibrio, en función del momento. Pero al igual que sucede en la empresa, sin esta característica se va perdiendo entusiasmo, y tanto el equipo, como los proveedores e incluso los franquiciados lo nota y se van desligando.
Y, por último, por ahora, pero por ceñirme aún más a la franquicia: en nuestro sector debemos marcar la diferencia; o bien tenemos algo exclusivo, inimitable o muy diferenciador, o debemos ser los mejores –me vale también con uno de los mejores– en aquella actividad en la que deseemos situarnos como franquicia de referencia. Y aquí de nuevo, Gasol destaca en su posición en la pista la diferencia, siendo el mejor y contagiando esa forma suya de ganarse en cada momento el espacio necesario al resto de equipo.