Franquicias para un aquí y un ahora
«Esta es una franquicia que está bien para las grandes capitales, pero la verdad es que aquí en Calabuch no sé si podré sacarla adelante». Excepción hecha del nombre de la población –todo un homenaje al maestro Berlanga–, y convenientemente omitida la denominación de la enseña, que para eso es un posible anunciante de este portal, y bien podrían sus responsables tomárselo por la tremenda, este es el testimonio real de un franquiciado real, con un establecimiento tan real que no alcanza las cifras prometidas por el franquiciador. Lo cual no quiere decir que éstas no sean reales, sino que va a ser verdad que existen universos paralelos, como imaginó el brillante escritor de ciencia-ficción Fredric Brown.
«¿Y me dejaría entrevistarle para ofrecer su testimonio a alguno de mis colegas de la prensa? No sé, se me ocurren a bote pronto Claudio Nóvoa, de ‘Emprendedores’ o Gema Boiza, de ‘El Economista?», interroga uno en su inocencia. «No, gracias. Bastantes problemas tengo, cuando le digo a la central que sopeso echar el cierre, como para hablar del asunto con la prensa. Se me caería el pelo».
No quieren, cuando se les da la oportunidad de hacer público un extremo que no figura en los dossieres, y que va a afectar a futuros emprendedores, y después no les podemos escuchar cuando han descolgado los rótulos y colocado el cartel de ‘Se traspasa’, pues levantan acusaciones que no pueden apoyar con pruebas, y pretenden convertirse en los mayores tiradores de mantas de la historia del capitalismo. Al final, pactan –algo que interesa económicamente a ambas partes– y callan para siempre. En el buen sentido, claro. Pero sin darse cuenta del daño que le pueden estar haciendo a los siguientes incautos que piquen en ese anzuelo.
Durante los meses previos al verano he tenido al menos cuatro quejas de miembros activos de enseñas diferentes, que están entre el segundo y el tercer estadio que les acabo de mencionar: a punto de cobrar por los muebles que han podido salvar de la quema.
Claro que a lo mejor todo son paranoias mías, y no pasa lo mismo en otros universos paralelos, según se escupe a estribor. Como esos tan idílicos que pintan los ‘vendemotos’ de la Asociación Española de Franquiciadores cada vez que se acerca una feria de franquicias y algún becario, de esos que no sabe ni lo que es un canon de entrada, les pone un micrófono delante.