Descartes y la franquicia

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El padre de la geometría analítica y de la filosofía moderna, el francés René Descartes, mantenía que existen tres tipos diferentes tipos de ideas. Lo mismo sucede con las cadenas de franquicia: hay enseñas que son un auténtica estafa; las hay con las que debe tenerse cuidado con lo que se firma, porque andan en el borde mismo entre el bien y el mal; y finalmente existen franquicias en las que la central, no sólo no intenta beneficiarse con la entrada de cada nuevo asociado, sino que procura siempre que todo miembro de la red triunfe bajo su paraguas. Ésas son las imprescindibles: lástima que no lleguen al centenar y medio…

Para el conocido pensador galo existen, por un lado, las ideas ‘adventicias’, que provienen de una fuente externa: los dolores, los sonidos, los colores y otras cualidades sensibles (esto es, susceptibles de ser sentidas) que se adquieren, en último término, usando los sentidos. Tales ideas no podrían ser el material del conocimiento seguro porque los sentidos son falibles y potencialmente engañosos. Algo similar sucede con las franquicias: dejarse llevar por los sentidos a la hora de elgeir el negocio por el que se van a apostar los ahorros parece, cuando menos un poco descabellado.

Para Descartes existían también las ideas ficticias (creadas o inventadas por la mente) son productos de la imaginación y no tienen ningún papel en el conocimiento científico. La mente juega malas pasadas a quienes se «enamoran» de un concepto, y se imaginan que va a ser lo que ellos soñaron. En lugar de un buen plan de negocio, revisado por alguien que entienda de números, y de un contrato legal equilibrado, supervisado por alguien entendido en leyes, se encuentran con un negocio bonito, pero ruinoso y del que sólo pueden salir –como en los negocios piramidales– perdiéndolo casi todo.

Finalmente, las ideas innatas son diferentes de los otros dos tipos, porque son al mismo tiempo muy generales y muy claras y distintas. Esto les permite ofrecer las bases del conocimiento seguro, o al menos esto es lo que sostiene Descartes. En esta categoría de ideas se incluyen las de la libertad, la inmortalidad, la sustancia, la mente y la materia, y otros conceptos matemáticos tales como los círculos y triángulos, así como una serie de otras verdades (supuestamente) autoevidentes, si bien nunca descritas con claridad por el filósofo francés. ¿Quieren claridad con la franquicia? No se metan en el primer charco que se les presente, por mucho que parezca hecho de agua mineral y que tiene poca profundidad: la Iglesia Franquiciadora de los Últimos Días tiene demasiados «cadáveres» en el armario.

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